CUENTO «EL ARBOL TRISTE».


Había una vez un árbol triste en medio de una granja. Era tan grande y frondoso pero siempre estaba afligido.
Un día, cuando pasó la vaca, le pidió un poco de leche y ésta se la dio sin decir palabra.
Cuando el árbol quiso platicar con ella ya se había ido.
Mas tarde, cuando el sol estaba radiante, se encontró al caballo que, tras mirarlo detenidamente le preguntó el motivo de su tristeza.
-No tengo amigos y, la verdad, me siento muy solo.
-No estas solo. Si te das cuenta todos somos tus amigos.
-¿En serio?
-¡claro!, ¿A caso no te das cuenta que todos en la granja te queremos mucho?
Y el caballo le contó como su sombra refrescaba a todos los animales, y como sus ramas y hojas les protegían de la lluvia, sin olvidar que sus frutos eran apreciados por todos.
-Pero hace un momento vino la vaca; le pedí leche y me dio, pero no me platicó nada y se fue…
-¿Y tu acaso te animaste a empezar una plática con ella?
-No.
-Lo ves. Nadie hará nada por ti lo que no puedas hacer por ti mismo. ¡Anímate! Si
buscas amigos, solo tienes que encontrarlos.
Después de entender las palabras del caballo, el árbol se puso muy contento, y cada vez que alguno de los animales de la granja pasaba junto a él, les sonreía y les preguntaba como estaban pasando su día.